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22 de DiciembreMemoria y balance

Posibles soluciones

Qué se podría hacer para recuperar las bases del automovilismo argentino. Variantes para reflotar la expectativa de la gente.

Por Darío Coronel

Si bien el desarrollo tecnológico es uno de sus pilares del STC 2000, debería haber una vuelta a su esencia. Difícil, ya que las decisiones no dependen solo de la categoría sino también de las fábricas. Aunque, como se señaló, la convocatoria de los preparadores genuinos podría evaluar el posible camino hacia una solución.   

Desde la ACTC proponen a los nuevos motores (el kit, 200.000 pesos) y chasis (363.000), fuerte inversión que sería amortizada recién en dos años. Pero los pilotos hacen estragos para continuar y habrá que ver cuántos podrán arrancar en 2015. Con el contexto económico de país habría que haber esperado a 2016 para iniciar este cambio.

Por otro lado, al TN le falta difusión. No prosperó la idea de programas radiales y una emisión semanal televisiva de Pistas Argentinas, la productora de Automovilismo Para Todos. Mientras que el Top Race requiere seguir con este camino, además de reincorporar pilotos, pero evitar que otros se vayan.

Sobre los costos, las categorías deberían regular la atención de preparadores y equipos hacia los pilotos. No cobrarles a éstos carpas ni estacionamiento de sus camiones o trailers. Evitar correr en dos sedes muy distantes en un mismo mes. Bajar los valores de inscripción, gomas y combustible. Acotar la actividad previa y solo permitir pruebas para lograr una mejora de una marca/modelo por un claro bajo rendimiento.

En lo deportivo, salvo en el TN, el resto de los casos podrían quitar parte de las cargas aerodinámicas, como se estudia desde la ACTC. También achicar el ancho de las gomas. Además hacer carreras más largas, hoy el promedio es de 35 minutos. Estas variantes harían más difícil la conducción de los autos y permitirían competencias más abiertas. Sacar los lastres y penalizaciones. Que se destaquen quienes mejor hacen las cosas. Los ídolos se construyen con las marcas e hitos que luego son difíciles de batir. Asimismo, eliminar las temporadas por etapas. Hacer reglamentos fáciles de entender para la gente ya que las regulaciones complejas alejan a los fanáticos y complica acaparar a nuevos espectadores.

Si el automovilismo de pista presenta en su mayoría carreras aburridas para los “tuercas” de siempre, de no cambiar su panorama resulta imposible sumar futuros adeptos. Es una empresa delicada el volver a las bases de la actividad sin afectar mucho a la tecnología. Aunque ese desafío es tan grande como necesario. Se trata, nada menos, de recuperar el espíritu y esencia que llevó a la masificación de nuestro deporte.    

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