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01 de MayoA 20 años

La primera en su tierra

Llegó en Interlagos en el año 1991. Fue una victoria muy sufrida para el brasileño de Mclaren.

Por Bruno Tarulli

Ayrton Senna ya era bicampeón del mundo pero le faltaba ganar en su casa. Era la gran espina clavada y necesitaba sacársela lo más antes posible. Antes del Gran Premio de Brasil de 1991, Senna había solamente logrado puntuar en dos carreras. En 1986 fue segundo y en 1990 estuvo cerca de la victoria pero un toque con el japonés Satoru Nakajima lo dejo tercero.

El astro brasileño venia de comenzar la temporada 1991 con una victoria en el Gran Premio de los Estados Unidos, que se corrió en las calles de Phoenix (Arizona), y la segunda fecha era en su país de origen, en Interlagos, São Paulo, su ciudad natal.

El piloto de McLaren no veía la hora de sacarse esa gran espina clavada y en la clasificación hizo la pole position. La carrera era al día siguiente y Senna tenía que completar 71 vueltas al circuito de 4.309 metros de longitud para poder lograr su primera victoria en casa.

El autódromo paulista estaba lleno y no entraba ni un alfiler. Todos esperaban que Senna logre la tan ansiada victoria. En la largada, Ayrton no fallo y empezaba a escaparse con su Mclaren-Honda.

Nigel Mansell (Williams) era segundo y parecía ser el único que le podía ganar al brasileño. La carrera iba a tener una parada en boxes. La parada del brasileño era muy buena. Mansell no tenía la misma suerte y perdió mucho tiempo en su parada pero no perdió la posición.

“The Lion” empezó a recuperarse y se acercaba más al brasileño, que sabía que el inglés tenía un gran auto. Pero otra vez tuvo mala suerte el inglés de Williams y pincho un neumático por culpa de partes de otros autos que estaban tirados en la pista.

Quedaban once vueltas y el brasileño empezaba a sufrir con la caja de cambios. Primero perdió la cuarta velocidad. Nigel Mansell, que ya había cambiado el neumático, estaba volando en la pista pero de la nada se le rompió la caja de cambios y tuvo que abandonar. El italiano Riccardo Patrese, compañero de equipo de Mansell, pasaba al segundo lugar e iba en busca del triunfo.

A dos vueltas del final, Senna perdía la tercera y quinta marcha de su Mclaren-Honda. Al brasileño solamente le andaban la primera, segunda y sexta marcha. Las curvas de media y baja velocidad las hacía con la sexta marcha. El motor japonés aguantaba con lo justo.

La última vuelta iba a ser interminable. A los problemas de la caja se le sumaba una ligera lluvia. En esa vuelta, Senna saludo al público y fue el primero en recibir la bandera a cuadros.

La alegría en el Autódromo José Carlos Pace era grandísima. Senna no paraba de gritar. En la mitad de la recta opuesta, el ídolo brasileño recibia por parte de los banderilleros una bandera de su país. Senna estaba muy cansado porque tuvo que dar todo para poder ganar. Los banderilleros empujaron a Senna para que completara la vuelta de honor pero no pudo completarla y se quedó en el final de esa misma recta. Todos estaban tan contentos que los mismos banderilleros se pusieron a festejar en la pista.

Primera victoria de Ayrton Senna en Brasil, en 1991.

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