Schlesser, el dueño de los buggies
El francés Jean-Louis Schlesser siempre construyo buggies ganadores, capaces de ganar a Mitsubishi.
Por Bruno Tarulli
El primer Dakar, en 1999.
Este francés nacido en la ciudad de Nancy era todo terreno. Se destacó tanto en pista (llegó a correr una fecha de Fórmula Uno en el año 1988 con Williams), cómo en rally raid, que paso a ser su fuerte en los últimos años de su carrera. Desde siempre a Schlesser le gusto el rally raid porque creció en Marruecos, que siempre recibía al Dakar cuando corria en el continente africano.
La categoría autos del Rally Dakar es una de las más profesionales por las marcas que participan. Sí hay una terminal que sabe ganar está carrera cómo nadie es Mitsubishi, que actualmente es la marca más ganadora en está categoría, a pesar que ya no está más.
En los años 90, después de la salida de Citroën en 1996, la marca japonesa empezó con su dominio que iba a durar por años. La Montero (o Pajero) 4x4 era su principal arma.
Schlesser, que debutó en el Dakar en el año 1984, siempre corrió con buggys. Con varias victorias en sus categorías, el francés apostó a lo grande para ganar en la general y revolucionó la categoría autos. El también ingeniero desarrolló un buggy con tracción trasera con un motor de Renault V6 de 3,5 litros de 265 CV a 5.500 rpm. Su escuadra no era oficial y Renault solamente ayudaba en el motor.
El gran azul.
En los años 1999 y 2000, Schlesser se vio beneficiado por el recorrido hecho por el director Patrick Zaniroli. La máquina con motor Renault era eficaz en las partes rápidas y de piedra pero en las dunas perdía demasiado porque siempre quedaba atrapado. El tramo que más miedo le tenía era las dunas gigantes de Mauritania.
No solo por su gran vehículo obtuvo dos Dakar, sí no que también gracias a su gran experiencia, que le ayudo bastante.
En 2001, el ex piloto de la Fórmula Uno buscara la triple corona pero los Mitsubishi mejoraron bastante y fueron beneficiados por el recorrido. Esa edición tuvo el final más polémico de la historia del Dakar.
Schlesser necesitaba sí o sí adjudicarse la última etapa para volver a ganar el Dakar pero hizo trampa en la largada y junto a su compañero de equipo, José María Serviá, se adelantaron e hicieron que se enojará el líder de la general, el japonés Hiroshi Masuoka, que intento pasarlos pero terminó rompiendo la suspensión de su camioneta.
La definición del 2001.
Más tarde, Schlesser junto a su compañero de equipo recibían una penalización y le dieron la victoria a la alemana Jutta Kleinschmidt, también de Mitsubishi, que se iba a convertir en la primera y única mujer en ganar el Dakar.
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