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10 de EneroEvocación

El F.1 argentino

Hace 40 años un monoposto criollo intentó largar el Gran Premio. Fue trunco el intento de Oreste Berta, pero aquél hecho es un hito del deporte motor local.

Por Darío Coronel

El Berta LR, a horas del GP de F.1.

¿Te imaginás un auto construido en la Argentina para participar de un Gran Premio de Fórmula Uno? El solo pensarlo eriza la piel. Este hecho, que suena a mito o leyenda, fue realidad. En 1975 Oreste Berta llevó al Autódromo de Buenos Aires uno de sus LR para plasmar ese objetivo. No lo logró, pero su empresa merece ser recordada.

Desde comienzos de la década de 1970 los prototipos Berta LR sonaron fuerte en el ambiente. El Mago logró poner en pista y competir en los 1.000 Kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires en 1970 y 1971, válidos por el Mundial de Endurance, con Luis Rubén Di Palma y Carlos Marincovich al volante. Impulsado por un motor Cosworth el SP largó, pero fallas mecánicas lo dejaron en el camino, algo que no opacó aquella apuesta.

Ese sport prototipo fue el embrión del F.1 de Berta. Aquella unidad fue transformada hacia 1974 en un monoposto que participó en la Fórmula 5000, categoría estadounidense de gran potencia. Néstor Jesús García Veiga fue su piloto.

Llegó el GP de la República Argentina de 1975. Oreste se inscribió en la prueba y puso al “Nene” García Veiga sobre el LR. Sin presupuesto, pero con sobrado esfuerzo y talento, el auto estuvo en el Autódromo de Buenos Aires donde no pudo largar

Oreste y su auto, en el ensayo previo.

Hubo solo una prueba previa con un motor propio que llegaba a 400 caballos. Oreste, sabiendo que eran necesarios por lo menos cincuenta burros más para estar en la conversación, mandó a hacer unos juegos de pistones a Estados Unidos que una vez en su sitio y en un block usado insólitamente no producían más que 360 HP…

Entonces el Mago optó por los anteriores pistones nacionales aumentando nuevamente la potencia, pera inesperados inconvenientes llevaron a fundir la planta motriz. Se cambió el tipo de aceite y aún así persistió el problema aparentemente indescifrable. Al exigirlos, sistemáticamente se fundían y así fue cómo se perdieron cuatro motores con los cojinetes de biela destrozados. las mermas técnicas hicieron mella y el motor dijo basta.

Wilson Fittipaldi, por entonces piloto del equipo Copersucar de su hermano Emerson Fittipaldi, habló con Berta y le ofreció otro Cosworth. La condición era que si se rompía, Berta debía hacerse cargo. El Mago desistió de la propuesta ante la imposibilidad económica de un percance. Hubo allegados que quisieron juntar dinero y comprarle uno. Pero el preparador nacido en Rafaela debía trabajar de forma muy apresurada y también declinó esa opción. García Veiga ni siguiera pudo clasificar.

En diálogo con Gran Premioweb, Berta recordó que “fue un auto especial. No conseguimos patrocinio de ningún lado y no estábamos en buenas relaciones con La Razón (N. de la R: principal sponsor de Berta a comienzos de 1970). Al menos lo intentamos. Hubiese sido grandioso poder largar la carrera”, agregó el más grande preparador de esta tierra. Además reveló que “hace poco estuve viendo las posibilidades de conseguir motores Chevrolet (¿de IndyCar tal vez...?) en los Estados Unidos. Me gustaría tener el auto en marcha y ver cómo funciona. Quiero probar un motor en el dinamómetro y luego en pista para ver cómo corría en su momento”.

El Nene García Veiga estuvo al volante.

Hoy suena a utopía emular un hecho tal. No porque no haya talentos técnicos capaces de lograrlo, ya que de haber tenido la chance económica y con garantías de desarrollo, tal vez Enrique Scalabroni o Sergio Rinland se hubiesen animado. El talento técnico argentino continúa, pero falta el prepuesto. Pequeño detalle...

Por ello resulta un hito del deporte motor local la jugada de Oreste Berta. Luego, el Mago atravesó un delicado momento económico. Sin embargo, desde su Fortaleza en Alta Gracia, Córdoba, se recuperó con otra de sus genialidades: el Berta de Fórmula 2 Nacional que luego dominó en la F-2 Codasur, categoría que fue una sensación en esta región de América. 

Hoy se cumplen 40 años de ese Gran Premio. Fue un 10 de enero de 1975. El Berta LR no llegó a la grilla de partida, pero su intento marcó para siempre al automovilismo local. Un exponente técnico criollo en la Máxima. Primera y hasta ahora única vez. Fue cuando hubo un F.1 argentino.

La carrera

Fittipaldi (McLaren), ganó la carrera.

Por aquellos años el Gran Premio de F.1 de la República Argentina abría el calendario del Mundial. En la edición de 1975 Jean Pierre Jarier (Shadow) hizo la pole positions. Aunque luego en la carrera la victoria fue de Emerson Fittipaldi (McLaren). El podio lo completaron James Junt (Hesketh) y el local Carlos Alberto Reutemann (Brabham). En esa temporada, Niki Lauda, de la mano de Ferrari, obtuvo el primero de sus tres títulos en la especialidad. Luego en 1976 llegó su épico duelo con el propio Hunt y su tremendo accidente en Nürburgring. Pero esa es otra gran historia.

 

 

   

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