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A la conclusión del Dakar, Stephane Peterhansel sembró las dudas al afirmar que había cumplido su último reto al vencer con una marca francesa. Con 50 años y 12 triunfos ya no tiene ni récords que batir. Por eso él mismo se dio un plazo para pensárselo. Así lo hizo. Después del raid se fue al pueblo donde vive, cerca de Ginebra y lo discutió con su pareja, la expiloto Andrea Mayer.

Al final, la conclusión a la que llegaban siempre era la misma: no a la retirada. El galo esperaba necesitar más años para vencer con Peugeot, pero la victoria al segundo intento le había descolocado. Ahora toca volver a encontrar la motivación. 'Monsieur' Dakar ya hasta ha demostrado que puede batir a compañeros tan veloces como Sébastien Loeb o experimentados, como Carlos Sainz.

Sabe que no le quedan muchos años en activo, pero no se ve haciendo otra cosa. El de Vesoul es un enamorado de la legendaria carrera y contar con un coche competitivo alarga el placer de disputarla. En Peugeot están encantados con su continuidad. De hecho, se extrañaron un poco por sus declaraciones a la finalización de la prueba porque daban por hecho que seguiría en 2017.

Es más, la firma francesa cuenta con que sus cuatro pilotos titulares: Peterhansel, Sainz, Loeb y Despres repetirán con ellos en el próximo rally. Es muy difícil que haya un quinto buggy. Esto deja en una situación compleja a Nasser al Attiyah, que desea fervientemente contar con un Peugeot, pero no es muy bien visto por los rectores de la escuadra. El qatarí tiene, lógicamente, a su favor el dinero, pero no desea seguir con Mini. Toyota gana enteros como posible destino para el Príncipe.