Buenos Aires fue el banco de pruebas de la Fórmula 1
Hace más de 40 años varios equipos ensayaron en la previa de los Grandes Premios en el Autódromo. Diciembre, enero y febrero de aquella época marcó al Oscar y Juan Gálvez.
Carlos Alberto Reutemann con el Lotus 79 en diciembre de 1978 (Archivo CORSA)
El 15 tiene un dibujo con tres rectas largas (la Principal, la del Fondo y la del Lago), dos curvones rápidos como la “S” del Ciervo y Salotto, sectores sinuosos como los Mixtos, la Chicana de Ascari y la Horquilla. Como las carreras se hacían en enero la alta temperatura también les permitió a las escuderías y a las empresas proveedoras de neumáticos obtener referencias concretas para usar luego en las carreras europeas, que por lo general son en el verano de ese continente.
Las pruebas de Carlos Alberto Reutemann en 1975 con el emblemático Brabham BT 44
Para los fierreros argentinos y amantes del deporte en general la víspera navideña era una fiesta porque acudían a ver los ensayos de Carlos Alberto Reutemann. La entrada era libre y gratuita y los fanáticos podían acceder a los boxes de forma directa. A pesar del calor y las temperaturas superiores a los 30 grados, la pasión pudo más y el Coliseo fue una fiesta.
Los padres llevaban a sus hijos y los jóvenes que ya habían terminado las clases en el colegio disfrutaban de sus primeros días de vacaciones. El ambiente también servía para que el Lole sintiera el apoyo de su público que en los Grandes Premios colmó el escenario porteño con una multitud de 100 mil personas.
Una vuelta al Circuito 15. Cámara a bordo con Jean-Pierre Jabouille
Reutemann era un abonado a estas prácticas y en especial cuando cambió de equipos como Ferrari, Lotus y Williams. También en sus primeros años con Brabham giró y se recuerdan los boxes colmados de público en especial en 1974 y 1975 para ver el emblemático BT 44, aquel modelo con el que se le escapó el triunfo en 1974 a una vuelta y media del final.
En el video se puede ver la terraza de boxes repleta de gente y otros que bajaron para estar más cerca del ídolo. La expectativa era grande y medios de interés general también se acercaban para cubrir la previa. La carrera misma también era el evento más importante del verano ante la pausa que tenían los campeonatos de Primera División.
Alain Prost con el Renault en la Curva del Ombú. Fue en los ensayos privados de Michelin en enero de 1981 (Archivo CORSA)
Las escuderías solían llegar entre mediados y fines de diciembre para preparar la carrera en Buenos Aires y al llegar con esa antelación también les permitía efectuar ensayos preliminares que eran importantes pues al tratarse del arranque de un campeonato varios estrenaban sus coches en Buenos Aires.
Con el correr de los años las prácticas en el Autódromo se convirtieron en un clásico y llevó a que las empresas proveedoras de neumáticos quisieran efectuar pruebas privadas como pasó con Michelin en enero de 1981 que llevó ensayos con sus clientes, Renault y Alfa Romeo. En esa oportunidad estuvieron Alain Prost (iniciaba su segunda temporada en la Máxima) por el team francés y Bruno Giacomelli por el elenco italiano.
Los tiempos cambiaron y hoy para presenciar las pruebas de pretemporada los aficionados deben pagar su entrada en el Autódromo de Montmeló, en Barcelona, y luego en Bahréin. Atrás quedaron esos veranos porteños inolvidables para los tuercas argentinos que fueron testigos de una época única de la F1, más amateur, familiar y más cercana a la gente.
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